Así estamos.
Ayer salieron los destinos provisionales y me he quedado igual que estaba. Sin saber si me darán o no, ya que me he quedado cerca pero no me ha llegado.
Queda esperar, para variar, a que salgan los definitivos y a ver si tengo suerte. Visto lo visto, no sé si es mejor que me den o no. Si me dan de lo último que quede, me pueden mandar bastante lejos. Si no me dan, me aseguro otro año cerca de provisional, pero otra vez la misma historia: otro año más sin poder hacer planes para un futuro, sin poder plantearte nada estable en la vida...
Y el tiempo... ése sí que no espera. Está claro que tengo que resignarme y dejarlo pasar. Porque si no, esto no es vida.
Ayer salieron los destinos provisionales y me he quedado igual que estaba. Sin saber si me darán o no, ya que me he quedado cerca pero no me ha llegado.
Queda esperar, para variar, a que salgan los definitivos y a ver si tengo suerte. Visto lo visto, no sé si es mejor que me den o no. Si me dan de lo último que quede, me pueden mandar bastante lejos. Si no me dan, me aseguro otro año cerca de provisional, pero otra vez la misma historia: otro año más sin poder hacer planes para un futuro, sin poder plantearte nada estable en la vida...
Y el tiempo... ése sí que no espera. Está claro que tengo que resignarme y dejarlo pasar. Porque si no, esto no es vida.
Pasa el viento a mi vera gritándome
que la vida no espera, “ponte a correr”.
harta ya de este cuento quiero salir
donde tomar aliento para seguir.
Ir a paso lento por mi mundo,
saborear cada segundo
poniendo rumbo donde quiera
que no existan las fronteras,
y en cada nuevo amanecer
sentir la magia de la espera.
Le canto al viento porque hoy
quisiera ser de ceniza o de papel,
elevarme y ascender ligera.
Ser sólo aire y escapar
de un suspiro hacia un lugar
cualquiera.
Busco la luz primera que me hizo ver
que no hay ninguna carrera dónde vencer,
que sólo importa contar si es para medir
el trecho que hay entre estar vivo y vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario