jueves, 14 de febrero de 2013

ÚNICA

Así me he sentido hoy. Y no porque sea San Valentín, que también ;) sino porque he vivido experiencias que guardaré en mí para siempre. 

Cuando crees que uno de tus quebraderos de cabeza en clase a diario no puede hacer algo que te sorprenda o agrade, va y te impresiona de tal manera que te deja K.0. todo el día. 

Y es que ver cómo un niño de 8 años le da a su compañera de mesa una flor hecha por él mismo delante de toda la clase y te dice, cuando se han ido todos, que le gusta esa chica te derrite en mil pedazos. Y se te queda la cara de tonta y piensas en ese chico que te gustaba cuando estabas en el cole. 

Pero llegar a casa y, después de un largo día y una semana muy intensa que aún no ha acabado, encontrarte un regalo muy especial e inesperado; termina de alegrarte el día. 

Para rematar, mi profesora de la EOI me ha dicho que le parece increíble el trabajo que estoy haciendo con el blog (con el de clase, claro). Eso, quieras o no, reconforta.

Hay días en los que el sol brilla con más fuerza. Y son estas pequeñas cosas las que nos levantan el ánimo y nos hacen seguir adelante. ¡GRACIAS!

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