En estos días de final de curso en los que parece que no te quedan más fuerzas y todo se vuelve negro, siempre es bueno recibir alguna "inyección" de ánimo como esta.
El comienzo de curso fue malo y llegué a pensar que no iba a ser capaz de seguir adelante y que este nuevo reto me superaría.
Ahora doy gracias a Dios (o a quien sea) por haber podido hacerlo lo mejor que he podido (o al menos eso creo yo) y encontrarme con señales que me hacen sentir bien.
No sé si me lo merezco o no, pero cuando tus alumnos y alumnas tienen estos pequeños detalles contigo te hacen pensar que no lo estás haciendo tan mal y que te están agradecidos.
A veces no nos damos cuenta de lo que estamos haciendo por estas personas. Puede ser poco o mucho para ti, pero está claro que para ellos es suficiente.
Ánimo, ya queda menos.
¡Muchas gracias!
P.D.: Lo cierto es que tendré que buscarle una utilidad, aunque no sé todavía cual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario