HASTÍO

Sí, siempre digo lo mismo. Nunca está una contenta con nada. En la entrada anterior estaba muy contenta al volver de mi viaje, que me había venido muy bien desconectar y descansar esos días. Sin embargo, todo lo bueno se acaba pronto y tengo ahora mismo la extraña sensación de que me sigue faltando algo. Pensando ya en septiembre, en la incertidumbre de la vuelta al trabajo. ¿Qué me encontraré? ¿A qué me tendré que "enfrentar"?

Este año he decidido independizarme en mi propia ciudad. Voy a estar cerquita de casa, pero con mi propio espacio. Estoy deseando y temiendo a la vez. Uff, son demasiadas cosas que afrontar al mismo tiempo y que a veces dan miedo. A pesar de haber estado viviendo sola ya desde hace bastante tiempo, siempre se tiene ese gusanillo en el estómago.

Anoche me comentaba una amiga que se alegraba muchísimo de que las cosas me fuesen tan bien. En estos momentos en el grupo no es que haya muchas alegrías y decía que al menos una persona tenía motivos para estar feliz y agradecida. Sí, yo le contesté que no me puedo quejar, pero que también me da pánico ver que ahora la vida me sonríe, quizás demasiado, y que me pueda llevar algún palo sin esperarlo y no estar "preparada." En lugar de disfrutar de lo que tengo ahora y aprovechar cada momento, aquí estoy buscándole tres pies al gato.

¿Será verdad eso de que somos complicadas las mujeres?

Si nunca nos jugamos nada,
no, no, no,
En esta tarde de domingo
que el lunes quedará lejana

¿qué esconden las palabras
que decimos sin pensar?
¿de qué hablan las canciones
que no paro de escuchar?
Dicen siempre lo mismo...
dicen que mi inocencia se ha perdido...
ya no hay vuelta atrás...

Tarde de domingo rara (Amaral)