AGAIN

Otra vez. Sí, es la segunda vez que repito centro. Y en esta ocasión ha sido sabiendo lo que me espera. Pasaré a ser tutora y quizás tenga mucho más trabajo que el curso anterior, que no fue poco, pero estoy contenta porque estoy a cinco minutos de casa y sé de amigos, conocidos y compañeros que no han tenido más remedio que irse lejos. Eso es algo que me llegará y, mientras tanto, pienso aprovechar el tiempo en el que pueda estar con los míos. 

Ha sido algo de improviso. Después de un día muy largo, me he encontrado con la sorpresa. Lo esperaba para mañana, pero ha llegado antes de tiempo. Volví de viaje esta misma mañana, estuve muy liada haciendo cosas hasta última hora de la tarde y ahí estaban esos destinos definitivos esperándome para ponerle la guinda al día. 

Y no sé si tiene que ver algo, pero he pasado una mala noche soñando, o más bien con pesadillas. Pero a este sinvivir ya le he ganado la batalla. Ahora sólo tengo que preocuparme de pasarlo bien el mes que me queda de vacaciones y descansar, coger fuerzas y recargar a tope las pilas para lo que venga en septiembre.

A pesar de saber más o menos a lo que me enfrento, teniendo en cuenta que conozco prácticamente a todos los niños del cole y a más de la mitad de los compañeros, sigo con ese gusanillo en el estómago, pero eso es algo innato en mí. Nunca estoy tranquila del todo. Voy a tratar de tener más confianza y a pensar en la gran suerte que he tenido.

Desde aquí quiero desearle la misma suerte que he tenido yo a todos cuantos saben lo que es esta profesión y darle ánimos a todos los compañeros que están pendientes de un destino, de un trabajo, de vivir día a día su vocación.