domingo, 4 de enero de 2009

TUNA, TUNERA...


En la primera entrada del año 2009, como llevo unos días sin nada especial que reflejar por escrito, le haré un pequeño homenaje a las tunas.

No es que vengan muy a cuento. Debería haber hablado de Reyes Magos, con sus maravillosos regalos... (los míos hace algún tiempo que tengo que hacérmelos yo, ¿será porque ya no soy tan buena?) que es lo que pega por estas fechas.

Sin embargo, anoche, después de acostarme casi a las 2 de la madrugada intentando conciliar el sueño lo antes posible para no tener que levantarme a las tantas hoy, me encontré con una sorpresita.

No es la primera vez que vienen. Resulta que tengo un vecino que tocaba (ahora creo que es más esporádico) en un grupo llamado Melaza, una especie de tuna, pero más bien con un matiz folklórico.

En fin, a lo que voy.

Mi vecino en cuestión, junto con los demás componentes, se dispusieron a entonar unas cuantas canciones bajo el balcón.

Al principio pensé, ¡vaya nochecita que nos van a dar! pero he de decir que en el fondo me encanta ese estilo de música. Bueno, tampoco es que la siga habitualmente, pero me gusta oírla.

Una vez que mis hermanas y yo decidimos que era hora de dormir ya, ya en el silencio de la noche, se oían mejor las letras. No estuvieron mucho rato, teniendo en cuenta la hora que era, pero lo suficiente como para que escuchase una de las canciones tuneras que más me gusta.

FONSECA

(Hablando:
Quién entiende al corazón,
cómo es que no estoy cantando,
mi carrera terminó
y aquí me encuentro llorando.
Y es que hoy dejo con dolor
aulas, amigos y risas,
el recuerdo de un amor:
dejo un pedazo de vida. )


Adiós, tierra donde estudié,
donde con ilusión mi carrera empecé.
Adiós, mi Universidad
cuyo reloj no volveré a escuchar. (BIS)

Las calles están mojadas
y parece que llovió,
son lágrimas de una niña,
de una mujer que lloró.

Triste y sola, sola se queda Fonseca,
triste y llorosa queda la Universidad.

Y los libros, y los libros empeñados
en el Monte, en el Monte del Piedad.

No te acuerdas cuando te decía
a la pálida luz de la luna,
yo no puedo querer más que a una
y esa una mi niña eres tú.

Triste y sola…


Está claro que la letra la he copiado. Evidentemente, no me la sé entera.

Bueno, la conversación de hoy en la mesa ha sido la siguiente:

Yo: -¡Qué graciosa la tuna anoche!

Mi hermana: - Sí, estaban bonicas las canciones.

Yo: - Yo, cuando me case, quiero una tuna eh! Lo aviso, jeje.

Mi hermana: - Pues no te queda "ná"...


¡Y qué razón tiene! Jaja.


Bueno, pues eso es todo. Siento decepcionar al que esperase una carta de Reyes Magos, pero tenía que dejar constancia de esta anécdota aquí.

Y para los curiosos que quieran saber más sobre el grupo, he encontrado esto:

http://www.juntadeandalucia.es/averroes/~18500280/insomnio/insomnio003/orfeo/melaza.htm

¡Hasta la próxima entrada!

4 comentarios:

Elena dijo...

Bueno, a mí la tuna ni fu ni fa, pero no sé si leiste que de pequeña me encandilaron por Granada, jeje.

Por cierto, que a nosotros nos costó un montón encontrar a unos tunos para que cantaran en la despedida de soltera de una amiga.

;-)

Encarni dijo...

Jeje, sí que me acuerdo de tu historia. Fue con la guitarra ¿no?
Aparte que Granada encandila nada más verla (ay, será porque soy granadina...)

Pues entonces de aquí a que yo me case... las tunas han desaparecido seguro, jaja. Saludos. ;-)

Notengoblog dijo...

No soy mu de tunas. Me van más los Sabandeños. Un abrazoooooooooo...

Encarni dijo...

Ya sabía yo que Don Notengoblog iba a opinar aquí, jeje. De ahí que sea un buen músico con mucho más criterio que yo.
La verdad es que este grupo es más bien de ese estilo que comentas, que gusta escuchar claro está, aunque yo sigo teniendo más predilección por las tunas jiji. Otro abrazoooooooooo...